jueves, diciembre 20


Mis madrugadores ojos vieron nacer el rocio

que alimenta tu corazón,

y buscas en lo solitario de las horas

su lento caminar,

hoy no fueron tus miradas

las que me llenaron

de alegria,

sino que fueron tus deseos

de mantener encendida,

esa luz que combate

la tormenta, que

se mantuvo por meses y no queria marcharse.

Hoy rayos de sol

se mantienen a la espera

de que mis pasos

te acompañen hacia el puente

de nuestra devoción.